La moda ha ido cambiando según el paso del tiempo… Desde los cuerpos robustos de Rubens, pasando por las curvas de Marilyn, las top models de los 90, hasta la delgadez extrema como símbolo de perfección y éxito.
¿Tienen estos “cuerpos maniquís” influencia en padecer un Trastorno Alimentario?
La respuesta es SÍ, sin duda…
La presión social, las modelos esqueléticas, las vidas “perfectas” de Instagram, las dietas milagro, las tallas mínimas (que a veces sólo encuentras éstas en las tiendas), el ejercicio compulsivo… son algunos de los factores en los que nos vemos envueltos diariamente, y cuando una personalidad no está del todo desarrollada (como en la adolescencia), puede desencadenar una frustración y un descontento con la imagen corporal, que junto a otros problemas interpersonales, puede llevar a empezar conductas de riesgo que faciliten un trastorno alimentario.
¿Sólo por factores de imagen y sociales, una persona puede padecer un Trastorno de
Conducta Alimentaria?
La respuesta es NO, sin duda…
Para padecer un TCA se tienen que dar una serie de factores: sociales, individuales, familiares, personales…etc.
Potenciar la autoestima, promover hábitos de vida saludables, rechazar ideales estéticos no
realistas, advertir de los contenidos nocivos de las redes sociales e internet, son algunos
ejemplos de vital importancia para prevenir un TCA.
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